lunes, 3 de noviembre de 2008

De reina, a plebeya


Roja se ha vuelto su sangre, majestad,
no puede tenerla azul y ser plebeya,
en su silencio estaba la beldad,
quizá fue un momento de debilidad
pero, suficiente para tornarla grosella.

*

No critico las opiniones vertidas,
nadie puede anular los pensamientos,
sus comentarios, lejos de causarme heridas,
sólo pienso que son indebidas
por su “real” condición, no por sus argumentos.

*

Majestad, no se puede gozar de inmunidad
por ser quien se es
y pretender tener autoridad
habiéndose comportado, y no por casualidad,
como un ciudadano más, de charla en un café.

***

Fontana