
de los que matan, de esos malnacidos
y, estas letras las escribo de mala gana,
son para los que ya no viven, para los caídos.
*
No quiero hacer de ellas falsos cumplidos,
ni alegatos que no sirven de nada,
puesto que todos estamos convencidos
que la violencia nunca fue buena abogada.
*
No hay palabras para describir
lo que cada uno de los españoles de bien, sentimos
y, no me cansaré de escribir, pese a costa de aburrir,
que cuando matan a uno, un poco todos nos morimos.
*
Un minuto de silencio por los que ya no están,
un grito de esperanza, resuello para este pueblo mío
que sigue pidiendo paz y es guardián
de la pluralidad, y el libre albedrío.
***
Fontana