A lo largo de la vida, a la mujersiempre se le ha cuestionado su valía,
y es que al hombre le llega a escocer
que algunas puedan tener autonomía.
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En el inicio de esta legislatura,
es motivo de sangrante sorna y ofensa
que haya una mujer como ministro de defensa
y, embarazada, dicen, por añadidura.
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Sectores radicales en prensa hablada y escrita
han hecho correr ríos de tinta,
es machismo puro y duro el que grita,
no entienden lo que la mujer en la sociedad pinta.
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Las han llamado “conejitos, modistillas,
mujeres del presidente”, menos ministras, todo,
es la impotencia la que les busca un apodo,
no las alcanzan, ni estando éstas en cuclillas.
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Démosles un voto de confianza...
¡Qué menos que cien días!
Yo, y no por ser mujer, por ellas rompo una lanza...
¡Dejadlas hacer! ¡ No seáis agonías!
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Fontana
