domingo, 17 de febrero de 2008

El chat

Es el chat un invento sorprendente,
conectas, ojeas la lista de usuarios
con la esperanza de encontrar algo diferente
que llene nuestros corazones solitarios.

*

El abanico es extraordinariamente extenso,
los hay para todos los gustos y apetencias,
es un océano en el que navegar, inmenso,
un mar repleto de carencias.

*

Entablas conversación rápidamente,
eso sí, sin saltarte el protocolo,
deseas conocer quién tienes enfrente,
su estado civil y, si se encuentra solo.

*

Se crea un ambiente cordial, sugerente,
enfatizas al máximo tus gestos,
buscas en quien te lee, un confidente,
y ya, quedan los dos dispuestos.

*

El tiempo corre aceleradamente
y, antes de despedirte, pretendes
saber cómo contactar con ese mismo escribiente,
creyendo que con esa persona, te entiendes.

*

Pero la semejanza, en sí, es algo perecedero,
dura, lo que duran esos momentos,
eso, si no se convierte en tu carcelero,
rompiendo tu corazón en fragmentos.

*

En el chat, todos somos guapos, estupendos,
en este medio, no hay defectos
y, aunque sólo somos letras, estamos tremendos,
en fin..., maravillosos en todos los aspectos.

*

Es un mentidero y todos lo sabemos
pero, acompaña soledades y abatimientos,
proporciona a nuestra hundida barca, remos,
y sacia de amor y amistad a corazones sedientos.

***

Fontana